En este contexto de Pandemia, las empresas enfrentan desafíos paralelos: por un lado, la necesidad de herramientas de seguridad que puedan integrarse sin problemas en redes cada vez más complejas y diversas, así como en infraestructuras críticas.
Por otro lado, la competencia de actores maliciosos que aumenta rápidamente. Frente a los escenarios complejos de negocios y riesgos, las organizaciones requieren versatilidad: productos que se pueden configurar con rapidez y actuar con eficacia para satisfacer las necesidades actuales, utilizando para ello tecnologías cada vez más maduras.
Frente a los escenarios complejos de negocios y riesgos, las organizaciones requieren versatilidad: productos que se pueden configurar con rapidez y actuar con eficacia para satisfacer las necesidades actuales, utilizando para ello tecnologías cada vez más maduras
Por ejemplo, los sistemas cloud o la nube permiten una rápida integración de herramientas y servicios de seguridad.
Hablamos de nube o «cloud computing» cuando acccedemos a datos o programas a través de Internet, o al menos, tener esos datos sincronizados con otra información a través de la Web.
Una aplicación de este tipo de sistemas en el ámbito de la ciberseguridad es la implementación de laboratorios de pruebas que permiten crear entornos para detectar y neutralizar ciber amenazas reales que, de otro modo, podrían terminar en brechas de seguridad con grandes pérdidas para las empresas.
Después, las soluciones de seguridad utilizan técnicas para adelantarse a los comportamientos maliciosos identificados y neutralizarlos, incluso antes de que el malware se active.
Así, los sistemas de seguridad informática mejoran su efectividad, al tiempo que minimizan el riesgo de producir daños o pérdida de información por ataques informáticos.
Entre este conjunto de tecnologías, el sandboxing y big data también se convirtieron en elementos importantes en la lucha contra las amenazas informáticas.