Colonial Pipeline, la empresa que opera la mayor red de oleoductos de Estados Unidos afectada por un ciberataque, pagó un rescate de unos cinco millones de dólares a los hackers que la atacaron.
De acuerdo con la agencia Bloomberg, que cita a dos fuentes familiarizadas con la transacción, esta información contradice los informes de principios de esta semana cuando la compañía dijo que no tenía intención de pagar una tarifa de extorsión para ayudar a restaurar el gasoducto de combustible más grande del país.
Colonial Pipeline pagó el rescate en criptomonedas, que son imposibles de rastrear, pocas horas después del ataque, lo que pone de manifiesto la inmensa presión a la que se enfrentó el operador con sede en Georgia para que la gasolina y el combustible para aviones fluyeran nuevamente.
Poco antes de publicarse esta información, el presidente de EU, Joe Biden, se negó en una rueda de prensa a responder a preguntas sobre si Colonial había pagado un rescate, pero la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo durante su comparecencia diaria que la política del gobierno federal seguía siendo la de no entregar el dinero que se pide, por temor a incentivar que los cibercriminales lancen más ataques.
Mientras, este lunes una de las asesoras principales de Biden en ciberseguridad, Anne Neuberger, también se negó a confirmar el pago de un rescate.
El FBI ha acusado al grupo de piratas informáticos Darkside, con sede en el este de Europa, de ser responsable del ciberataque del viernes pasado contra la red de oleoductos, operada por Colonial, que causó la interrupción de sus actividades durante varios días.
El miércoles, Colonial anunció la reanudación de sus operaciones, aunque advirtió de que pasarían varios días antes de volver a la normalidad.