La crisis de los semiconductores y la especulación están afectando a muchos otros dispositivos electrónicos, pero es evidente que con las tarjetas gráficas se están cebando.
El apellido ‘Ti’ de esta tarjeta gráfica delata qué podemos esperar de ella. Y es que es una versión hipervitaminada de la GeForce RTX 3070 estándar. Tiene más de casi todo. Más núcleos CUDA. Más núcleos RT. Más núcleos Tensor. Y más unidades de cálculo, entre otros componentes. Si queréis conocer con precisión las cifras de ambas tarjetas gráficas os propongo que echéis un vistazo a la tabla de especificaciones que publicamos un poco más abajo.
Una diferencia entre ambas tarjetas que merece la pena que no pasemos por alto es que la Ti incorpora memoria VRAM de tipo GDDR6X, la misma que usan los modelos superiores, mientras que la GeForce RTX 3070 utiliza chips GDDR6. Eso sí, ambas propuestas tienen 8 GB de memoria local, un dato clave que nos permite intuir que estas tarjetas han sido dimensionadas por NVIDIA para ofrecernos lo mejor de sí mismas a 1440p.
Las tecnologías implementadas por NVIDIA en el procesador gráfico GeForce RTX 3070 Ti son idénticas a las de las GPU de la familia GeForce RTX 30 que hemos analizado hasta ahora, por lo que las secciones de este análisis en las que indagamos en la arquitectura Ampere y en el impacto que tiene la tecnología DLSS 2.0 en la calidad de imagen son las mismas de los artículos que hemos dedicado a las otras tarjetas gráficas.
Estas son las mejoras más relevantes introducidas por NVIDIA en las tarjetas gráficas de la familia GeForce RTX 30:
Integran una cantidad de núcleos CUDA sensiblemente mayor. Estos núcleos se responsabilizan de llevar a cabo los cálculos complejos a los que se enfrenta una GPU para resolver, entre otras tareas, la iluminación general, el sombreado, la eliminación de los bordes dentados o la física. Estos algoritmos se benefician de una arquitectura que prioriza el paralelismo masivo, por lo que cada nueva generación de procesadores gráficos de NVIDIA incorpora más núcleos CUDA.
Incorporan más núcleos RT (Ray Tracing). Son en gran medida responsables de que las tarjetas gráficas de las series GeForce RTX 20 y 30 sean capaces de ofrecernos ray tracing en tiempo real.
También tienen unos núcleos Tensor más avanzados. Los núcleos Tensor ejercen un rol esencial en la tecnología DLSS (Deep Learning Super Sampling) de la que hablaremos a lo largo de todo este análisis.
Las tarjetas gráficas de la familia GeForce RTX 30 implementan la tecnología Reflex, que persigue reducir la latencia a lo largo de todo el cauce de la señal para minimizar el lapso de tiempo que se extiende desde el momento en el que damos una orden desde nuestro teclado o ratón hasta el instante en el que tiene un efecto en el monitor. Esta innovación reduce sensiblemente la latencia, especialmente cuando se incrementa la resolución. Si queréis conocerla a fondo no os perdáis el artículo en el que la analizamos.
La nueva tecnología RTX IO permite a la GPU intervenir en la descompresión de los datos almacenados en la unidad de almacenamiento secundario para reducir los tiempos de carga y liberar a la CPU de la mayor parte del estrés impuesto por esta tarea.
La aplicación NVIDIA Broadcast recurre a la inteligencia artificial para, según sus creadores, mejorar nuestra experiencia cuando hablamos a través de una videollamada o emitimos contenido en vivo.
Estas son las primeras tarjetas gráficas de NVIDIA capaces de comunicarse con los demás componentes de nuestros ordenadores a través de un enlace PCI Express 4.0. No obstante, funcionan perfectamente en una placa base con buses PCI Express 3.0.
El puerto HDMI de las GeForce RTX 30 implementa la norma 2.1. No cabe duda de que esta es una gran noticia porque nos va a permitir sacar más partido a nuestro PC cuando lo conectemos a un televisor de última hornada que también satisfaga esta norma.