El FBI recibió durante 2020 más de 2 mil denuncias sobre seguridad digital al día, un incremento de 69% respecto a 2019, que se tradujeron en 4 mil 200 millones de dólares en pérdidas.
De acuerdo con el reporte anual de la organización Trend Micro, en 2020 hubo un crecimiento de 24% en nuevas “familias” de ransomware detectadas, que atacaron principalmente a los sectores de: gobierno, banca, manufactura, salud y en general a las empresas financieras.
El 56% de los incidentes en las empresas estaban relacionados con aplicaciones nativas para cloud por configuraciones incorrectas o por no haber “parchado” sus vulnerabilidades.
Erin Sindelar, investigadora de Riesgos de la organización, explicó que el año pasado Trend registró 62 mil 600 millones de ataques, igual a 119 mil por minuto, 91 % de los cuales fueron por e-mail, además de un crecimiento de 201% en los ataques a las redes de los hogares comparado con 2019.
Uno de los cambios importantes fue la evolución del ransomware, al ser más específicos, tomar más tiempo para encontrar la información valiosa y pedir un monto mayor por su rescate -incluso tomaron semanas para entrar, navegar en la red, robar, exfiltrar la información y encriptarla para una doble extorsión.
De cara al futuro, Rik Ferguson, vicepresidente de Investigación en Seguridad de Trend Micro, describió que replantearon la forma de ver los ataques de cara al 2030 a nivel personal, empresarial y nacional. En el proyecto establecieron los posibles escenarios con tres perspectivas: las personas, manufactura y el Estado, y tomaron en cuenta los cambios tecnológicos que estarán presentes.
En el área de manufactura ubicó un crecimiento de la superficie de los ataques, como las decenas de miles de dispositivos conectados, sensores; la robotización de la logística, uso IoT y M2M. Lo que incrementará las posibilidades de sabotaje intelectual de competidores e incluso entre estados-nación, a través de la manipulación o contaminación de los datos y hasta los algoritmos.
“Un ciberataque exitoso de IoT masivo podría provocar interrupciones no solo en la producción y logística, sino en los sectores como: transporte, atención médica, educación y comercio minorista, entre otras áreas”, adelantó.