Las páginas web suelen ser objetivo de los piratas informáticos. Pueden ser atacadas de múltiples formas con el objetivo de enviar enlaces falsos a los usuarios, inyectar código malicioso o colar software modificado para robar datos. Es por ello que a la hora de navegar hay que prestar mucha atención sobre los sitios que estamos visitando y cómo actuamos.
Web Spoofing es un tipo de ataque en el que básicamente una página web ha sido suplantada. Los ciberdelincuentes crean una web que simula ser la real pero estamos ante una copia falsa que busca engañar a la víctima.
Al crear una página que simula ser la original puede ganarse la confianza de la víctima. El objetivo es hacer creer a los usuarios que están ante el sitio legítimo que estaban esperando. Pueden copiar la imagen, la estructura de la página, el contenido que tiene… Incluso la URL va a ser muy parecida a la original.
Lógicamente suelen suplantar la identidad de sitios populares, que reciben muchas visitas y donde los usuarios van a tener que introducir datos, confiar a la hora de acceder a contenido de terceros, introducir credenciales y contraseñas… De esta forma van a poder llevar a cabo sus ataques.
Por suerte podemos tener en cuenta una serie de herramientas y consejos para detectar este tipo de ataques. De esta forma evitaremos caer en errores que comprometan nuestra seguridad y privacidad. Vamos a dar una serie de recomendaciones y buenas prácticas.
Es muy importante observar bien la URL y su procedencia. Hay que buscar pequeños detalles que puedan diferenciarse de la dirección original, ver si es HTTPS, que no haya alguna letra o número cambiados, etc.
Normalmente van a buscar crear una URL que sea casi idéntica a la original. Pueden meter algún guión, cambiar letras y números que puedan parecerse como la “l” y el “1”, por ejemplo. En definitiva hay que utilizar el sentido común y ver bien las direcciones y su procedencia.
Por supuesto el contenido del sitio es fundamental. Con esto nos referimos a ver la página en general, su estructura, notar cambios frente a la original, ver los logos, imágenes… Puede que haya señales que nos inviten a creer que es una estafa.
Más allá del correo electrónico también podemos llegar a este tipo de páginas a través de otros sitios que previamente hayan sido atacados o que han sido diseñados de forma maliciosa. Incluso por redes sociales o plataformas de mensajería instantánea podemos recibir links fraudulentos que en ocasiones vienen con algún cebo.
También, para evitar ser víctimas de ataques Web Spoofing, es importante contar con herramientas de seguridad. No hablamos solo de un antivirus, sino también de otras herramientas como extensiones de navegador que pueden detectar posibles páginas fraudulentas.
Por último, lo mejor ante la duda es buscar información. Una simple búsqueda en Google puede decirnos si ese sitio es realmente verdadero o hay algo extraño detrás. Es muy probable que haya mucha información al respecto.