Hace ya algunos años se empezó a hablar de la domótica y hoy en día se habla de “Smart”. Ya tenemos a nuestro alcance los Smartphones, las Smart tv, las Smart City y ahora las Smart home.
Un ejemplo de una Smart City es cuando las farolas de la calle se encienden solamente cuando detectan la presencia de una persona. Los que supone una iluminación eficiente y óptima y un enorme ahorro energético.
En pocas palabras, se puede decir que la iluminación inteligente proporciona luz solamente en el momento y en el lugar que sea necesario.
La iluminación inteligente controla también la intensidad de la luz. Esta tecnología puede suponer un ahorro del 90% en la factura de la luz. Dado que garantiza y optimiza una iluminación adecuada.
Un ejemplo de esta tecnología son los sensores de movimiento. Éstos detectan la presencia y se iluminan durante un tiempo determinado.
Por ejemplo, un lugar dónde poner los sensores de movimiento es en los pasillos o también en la despensa.
Ya que en estos lugares tan sólo estamos unos segundos y casi siempre se suele dejar encendida la luz. Los sensores de movimiento aportan comodidad (ya que no tendrías que encender la luz) y también proporcionan un gran ahorro energético, tal y como se ha comentado anteriormente.
Otro ejemplo de iluminación inteligente son los sensores de luz natural. Éstos aumentan o disminuyen la intensidad de la luz dependiendo de la cantidad de luz natural que detecten en la estancia.
¿Te imaginas estar en casa y no preocuparte de ir apagando o encendiendo las luces? Pues esto es la iluminación inteligente. Hoy en día podrías controlar la iluminación de tu casa des de tu Smartphone, reloj inteligente o también des de tu propia voz.