La fiesta de los Reyes Magos que se celebra el 6 de enero es un día especial en México, ya que tiene diversos significados. Recuerda la adoración de Jesús infante por parte de los Reyes y se trata de una conmemoración medular en la liturgia católica. De esta historia surgió la costumbre de ofrecer y recibir regalos, principalmente para los niños, quienes piden, mediante carta, el juguete deseado.
También es el día en que aparece la deliciosa rosca de Reyes, manjar esperado en la merienda familiar y delicia monjil en la época virreinal, pues se dice que las religiosas solían festejar la noche de Navidad con cantos y buñuelos. Enseguida, venía la Epifanía con la llegada de los Reyes Magos y sus azucaradas roscas perfumadas de agua de azahar. Costumbre francesa desde 1311, que pasó a España y después a México, donde el haba se sustituyó por un Jesusito que originalmente era de plata dorada, muy pequeñito y coronado. Después lo vestían para llevarlo a bendecir el Día de la Candelaria. Cuentan que algunas personas se los tragaban para evitar tener que dar fiesta el 2 de febrero. Esos Jesusitos de plata se sustituyeron por los de porcelana que dicen venían de Japón y actualmente se hacen de plástico.