El Día del Niño está marcado en calendario el 30 de abril como un día para festejar a la infancia, y en esa fecha se acostumbra dar regalos a los niños o llevarlos de paseo y aunque se celebre con mucha alegría, su origen tiene de trasfondo uno de los episodios más devastadores en la historia de la humanidad. Aquí te contamos cuál es su origen y por qué lo celebramos el 30 de abril.
El Día del Niño fue creado para conmemoras a las víctimas infantiles de la Primera Guerra Mundial. Luego de que este conflicto bélico dejara a cientos de personas afectadas, el 26 de septiembre de 1924 la Liga de las Naciones ratificó la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños, que buscaba la protección de los menores. Un año después, durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños que se realizó en Ginebra, se declaró oficialmente que el 1 de junio de 1925 sería el Día Internacional del Niño.
El Día del Niño se festeja en México desde 1924, cuando el gobierno de Álvaro Obregón aceptó la ratificación hecha por la Liga de las Naciones, pero se decidió que se festejaría el 30 de abril por tres fechas claves para los mexicanos: el Aniversario de la Revolución (20 de noviembre) día con el que se empalmaba; y por coincidir en la misma semana del Día del Trabajo (1 de mayo) y la Batalla de Puebla (5 de mayo).
El objetivo de la ONU es que en esta fecha se recuerde que los niños son los que más sufren las crisis y los problemas del mundo. También para «recordar que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar del mundo en el que haya nacido», y evidenciar las necesidades de los menores.