Durante los últimos años estamos asistiendo a un momento de inestabilidad mundial marcado por pandemia, inflación, agitación geopolítica, problemas de suministro, bloqueos, etc.
Este panorama cargado de retos también ha desembocado en un momento idóneo para cambiar la forma de hacer negocios y un punto de inflexión para adoptar nuevas soluciones tecnológicas que ayuden a las empresas a afrontar estos momentos difíciles y convertirlos en una ventaja competitiva.
El blockchain está creando nuevas ideas comerciales, además de acelerar el proceso de verificación de las operaciones, evitar fraudes y ciberataques, además de ser altamente eficiente, fiable y seguro. De ahí que vaya a ser tan importante a la hora de hacer negocios durante los próximos años para mejorar el seguimiento de datos, generar nuevos sistemas de facturación, albergar patentes, seguir los procesos de ventas, proteger datos médicos, etc.
La tecnología IoT recopila e interpreta los datos que recogen las máquinas industriales para, posteriormente, ofrecer información sobre el proceso, con el fin de mejorar la eficiencia, ahorrar costes en la producción, detectar nuevas oportunidades de negocio y tendencias de consumo o favorecer la innovación de los productos.
Y solo estamos en las etapas iniciales de todo lo que se puede conseguir, pues las previsiones sugieren que en 2023 se usarán unos 50 millones de dispositivos IoT. Así, se podrá crear una red masiva de dispositivos interconectados que den una mayor seguridad, eficiencia y toma de decisiones para las empresas, a medida que se recopilen y analicen más datos.
Sería el equivalente tecnológico de una navaja suiza que combina muchas herramientas que comparten un mismo propósito y que pueden usarse o quitarse según las necesidades de cada usuario.
Se ejecutan en una misma plataforma que ofrece numerosos servicios y donde se pueden crear experiencias de usuario personalizadas, atractivas y de mayor alcance. De hecho, permiten incluir experiencias empresariales móviles y de escritorio, como plataformas de flujo de trabajo, colaboración y mensajería.
Al compromiso por conseguir modelos de negocio más respetuosos con el medio ambiente se une la crisis energética en la que estamos inmersos. La unión de ambas genera nuevas fórmulas para reducir nuestra dependencia, cada vez más creciente, de los hidrocarburos. Por ello, la tecnología aplicada puede revertir la situación.
Gracias a tecnologías como la IA, el blockchain, el cloud computing, la realidad extendida o la robótica, entre muchas otras, se puede crear un futuro más ecológico y sostenible sin renunciar a la eficiencia y al crecimiento empresarial.
Además, con la crisis sanitaria y económica generada por la COVID-19, la gran mayoría de las empresas se han visto en la necesidad de agilizar este proceso de digitalización con la finalidad de aumentar la seguridad en su empresa.
Hoy en día, la digitalización de documentos es un factor determinante en la organización interna de las empresas. Llevar a cabo este proceso de transformación digital es una inversión que solo puede aportar beneficios para su negocio.