Si la respuesta a la primera pregunta es afirmativa, hay que definir qué tipo de servidor necesita la empresa.
A fin de elegir un servidor para la empresa el CEO tiene que saber exactamente cuántos y qué tipos de aplicaciones se ejecutarán, así como la cantidad de usuarios (colaboradores) que habrá en la empresa. Aplicaciones como impresión, compartir archivos de texto y hojas de cálculo de datos requieren un procesamiento tan ligero que basta un servidor de bajo costo. Otras tareas más complejas, como hospedar grandes bancos de datos o bibliotecas de imágenes, requieren un mayor poder de procesamiento junto con más potentes Data Centers y redes de transmisión de datos.
La seguridad de un servidor es crucial porque en una red cliente-servidor, si se corta la conexión con el servidor, tanto las computadoras que utilizan dicha red como el servidor dejarán de operar. El tiempo de funcionamiento también es un factor crítico para los servidores. Mientras más dependa la empresa del servidor para realizar sus funciones cotidianas, más robusto y potente tendrá que ser el servidor. Y la potencia no se debe pensar tan sólo en términos de hardware, sino también en términos del software que ejecutará el servidor. Éstos son dos requisitos que generalmente se suministran de forma separada.
Las empresas utilizan 3 tipos de servidores:
El servidor en Rack es un modelo que tiene ranuras de expansión, conocidas como ranuras mezzanine, para adicionar tarjetas de interfaz de red, entre otras cosas. Esta configuración usa el espacio de manera eficiente y ofrece una gestión centralizada de cables y servidores. Además, la configuración de un servidor Rack aumenta la escalabilidad de la infraestructura, pues posibilita añadir nuevos servidores según sea necesario y conectarlos todos a un almacenamiento externo como por ejemplo, a un centro de almacenamiento anexado a la red (NAS) o a una red de área de almacenamiento (SAN).
Es importante observar que los servidores Rack son limitados en cuanto a la cantidad de drives y placas de memoria adicionales que se pueden instalar. Generalmente son más flexibles que los servidores Blade, pues tienen una integración menos apretada. Son ideales para Data Centers con almacenamiento externo, ya que ofrecen máximo poder computacional con un diseño inteligente en lo que se refiere al aprovechamiento del espacio.
El servidor en Rack es un modelo que tiene ranuras de expansión, conocidas como ranuras mezzanine, para adicionar tarjetas de interfaz de red, entre otras cosas. Esta configuración usa el espacio de manera eficiente y ofrece una gestión centralizada de cables y servidores. Además, la configuración de un servidor Rack aumenta la escalabilidad de la infraestructura, pues posibilita añadir nuevos servidores según sea necesario y conectarlos todos a un almacenamiento externo como por ejemplo, a un centro de almacenamiento anexado a la red (NAS) o a una red de área de almacenamiento (SAN).
Es importante observar que los servidores Rack son limitados en cuanto a la cantidad de drives y placas de memoria adicionales que se pueden instalar. Generalmente son más flexibles que los servidores Blade, pues tienen una integración menos apretada. Son ideales para Data Centers con almacenamiento externo, ya que ofrecen máximo poder computacional con un diseño inteligente en lo que se refiere al aprovechamiento del espacio.
Estos servidores tienen la forma de pequeñas cajas y están proyectados en módulos, lo que permite acomodar más servidores en un espacio de menor tamaño. Un gabinete Blade está compuesto por servidores Blade, equipo de almacenamiento de datos, componentes de energía, unidad de enfriamiento y ventilación, red y otros. Todos controlados por un sistema de gestión integrada.
La principal diferencia entre un servidor Rack y un servidor Blade es que varios servidores Blade pueden operar en un chasis. De tal forma que añadir un servidor nuevo es tan sencillo como añadir una nueva lámina al chasis o gabinete. Es posible también agregar otros componentes de red, como switches Ethernet, firewalls y balanceadores de carga dentro de un mismo gabinete de servidor.
El uso de la Computación en la Nube para gestionar y almacenar los archivos de la empresa es una buena opción que ofrece una serie de beneficios. Para quien está empezando esta tecnología no requiere una gran inversión y, teóricamente, será necesario un equipo de TI menor para gestionar el servidor, lo que es adecuado a las necesidades y disponibilidades de pequeños y medianos negocios. La empresa también no tendrá preocupaciones por hardware o software desactualizado u obsoleto.
A pesar del bajo nivel de adopción de la virtualización por parte de las empresas en todo el mundo, esta tecnología puede aportar diversos beneficios porque permite una utilización más eficiente de los recursos de TI. La virtualización posibilita que un servidor trabaje como si fuera un grupo de servidores, cada uno de ellos con su propio sistema operativo y una serie de aplicaciones exclusivas. Una máquina virtual es de hecho un software, aunque tenga todos los componentes de una máquina física. Cuenta con una placa base, una CPU, un disco duro, un controlador de red y así sucesivamente. El sistema operativo y las demás aplicaciones en una máquina virtual funcionan de la misma forma que en una máquina física.
Cualquier información adicional que requiera con gusto podemos ayudarle comunicándose con algunos de nuestros ingenieros.