Berners-Lee, que trabajaba en el Centro Europeo de Física de Partículas (CERN), presentó en 1 de agosto de 1990 un proyecto sobre la compartición de información basada en hipervínculos.
En solo un año, él y su equipo desarrollaron el sistema URL, el lenguaje HTML y el protocolo HTTL, los tres pilares que permitieron crear una red informática mundial en la que los documentos estaban interconectados y accesibles en internet. Era como si se hubiesen derribado los muros de la gran casa de la Humanidad.
El 6 de agosto de 1991, mientras el ‘All my loving’ de Los Manolos arrasaba en el verano español, Berners-Lee abrió en Suiza la primera web, aunque su acceso estaba restringido exclusivamente a los miembros del CERN.
Fue 17 días más tarde cuando se invitó a personas ajenas al centro a acceder a la página. Ese día, el 23, está considerado como el punto de partida de las redes sociales, aunque hubo que esperar a abril de 1993 para que la tecnología ‘World Wide Web’ quedara a disposición de todos de forma gratuita.
Un comunicado en el que el CERN anunciaba su renuncia a todos los derechos de propiedad intelectual del código www y daba permiso a «cualquier persona para usarlo, duplicarlo, modificarlo y distribuirlo» fue el punto de partida de la formidable expansión de la red.